Durante
el auge de la alta tecnología a comienzos de la década de los
noventa, Gerald (no es su nombre real) trabajaba como ingeniero en
Silicon Valley, California. Tenía dos hermosas hijas jóvenes y
estaba casado con una mujer igual de hermosa.
Llevaban
juntos casi quince años. Cuando lo conocí, su compañía acababa de
premiarlo por su quinto año como localizador de averías, experto en
un tipo especial de programa informático. Su posición lo había
convertido en un activo invaluable para la compañía, y la necesidad
de su experiencia iba mucho más allá del horario típico de trabajo
de las ocho de la mañana a las cinco de la tarde.
Para
cumplir con la demanda de sus habilidades, Gerald comenzó a trabajar
durante las noches y los fines de semana y a viajar a ferias y a
exposiciones fuera de su ciudad con su programa de informática. Al
cabo de poco tiempo, se encontró pasando más tiempo con sus colegas
que con su familia. Podía ver el sufrimiento en sus ojos cuando me
describía como se separaban cada vez más y más. Para cuando
llegaba a casa en las noches, su esposa y sus hijas estaban dormidas,
y se iba a la oficina antes de que ellas siquiera comenzaran su día.
Pronto empezó a sentirse como un extraño en su propia casa. Sabía
más acerca de las familias de sus compañeros de oficina que de la
suya propia.
En
ese momento, la vida de Gerald dio un giro dramático. Vino a verme
para una sesión de consejería en la época en que escribía mi
libro Walking Between the Worlds: The Science of Compassion, en donde
describo cómo los "espejos" de las relaciones se
manifiestan en nuestras vidas. Hace más de 2,200 años, los autores
de los Rollos del Mar Muerto identificaron siete patrones específicos
que podemos esperar en nuestras relaciones con los demás. Mientras
se desarrollaba la historia de Gerald, era evidente que él estaba
describiendo uno de estos patrones, el reflejo en la vida de nuestro
mayor miedo, comúnmente llamado: "la Noche Oscura del Alma."
Entre
los ingenieros de su oficina había una joven y brillante
programadora que tenía cerca de su misma edad. Se encontró haciendo
equipo con esta mujer para asignaciones que a veces duraban días a
la vez y los llevaban a ciudades por todo el país. Antes de que se
diera cuenta, la conocía mejor que a su propia esposa. En este punto
de la historia, sospeché que ya sabía en donde terminaría. Lo que
no sabía fue lo que ocurrió después y por qué Gerald estaba tan
molesto.
Al
cabo de poco tiempo, él creía que estaba enamorado de su colega, y
tomó la decisión de dejar a su mujer y a sus hijas para comenzar
una nueva vida con ella. Esta decisión tenía todo el sentido del
mundo, puesto que tenían tantas cosas en común. Al cabo de pocas
semanas, sin embargo, su nueva compañera fue transferida a un
proyecto en Los Ángeles.
Solicitando
unos cuantos favores y usando varias artimañas, Gerald logró ser
transferido a la misma oficina.
Inmediatamente,
las cosas empezaron a salir mal, y Gerald descubrió que había
perdido más de lo que había ganado. Los amigos que él y su esposa
habían tenido por años, de repente se volvieron distantes e
inaccesibles. Sus colegas pensaban que "había perdido la
cabeza" al dejar su posición y sus proyectos por los cuales
había trabajado tanto. Incluso sus padres estaban enojados por haber
dejado a su familia. A pesar de su dolor, Gerald pensaba que era
sencillamente el precio a pagar por el cambio. Estaba rumbo a una
nueva vida. ¿Qué más podía pedir?
Aquí
fue cuando apareció el espejo del equilibrio y llegó la Noche
Oscura el Alma. Justo cuando todo parecía empezar a ponerse en su
lugar, Gerald descubrió que en realidad ¡todo estaba derrumbándose!
Al cabo de unas semanas, su nuevo amor le anunció que su relación
no era lo que ella esperaba. La terminó de repente y le pidió que
se fuera. Así como así, se encontró totalmente solo y devastado.
"Después de todo lo que he hecho por ella, ¿cómo pudo?"
se quejaba. Había dejado a su mujer, a sus hijas, a sus amigos, su
trabajo, en fin, había entregado todo lo que amaba.
Pronto
comenzó a desempeñarse mal en su trabajo. Después de varias
advertencias y de una revisión de funciones mucho menos que estelar,
finalmente lo despidieron. Según el desarrollo de la historia de
Gerald, era evidente lo que había ocurrido: su vida había pasado de
lo más elevado, con todos los prospectos de una nueva relación, un
nuevo empleo y un mayor salario, hasta lo más bajo, cuando
desaparecieron todos esos sueños. Esa noche Gerald vino a verme, me
hizo una sola pregunta: "¿Qué ocurrió?" ¿Cómo podía
ser que algo que parecía tan bueno hubiera terminado saliendo tan
mal?
NUESTRA
NOCHE OSCURA DEL ALMA: CÓMO RECONOCER LO QUE LA DESENCADENA
Para
cuando conocí a Gerald, había perdido todo lo que amaba. La razón
de esto es la clave de esta historia. En vez de haber dejado todo lo
que amaba porque se sentía completo y estaba avanzando, había
tomando sus decisiones solamente cuando creía que había algo mejor
para reemplazar lo que tenía. Es decir, jugó a lo seguro. A causa
de su miedo de no lograr encontrar algo mejor, se quedó físicamente
con su matrimonio y su familia mucho tiempo después de haberse ido
emocionalmente. Hay una diferencia sutil pero significativa entre
dejar nuestros empleos, amigos y relaciones amorosas porque nos
sentimos completos y quedarnos con ellos por miedo ¡a que no haya
nada mejor para nosotros!
Puede
haber una tendencia en todo tipo de relaciones a aferrarse a un
estado hasta que llegue algo mejor.
Este
apego puede ser causado por nuestra inconsciencia de lo que estamos
haciendo, o porque tenemos miedo de remover todo y enfrentar la
incertidumbre de no saber qué sigue después. Aunque puede muy bien
representar un patrón del cual no somos conscientes, sigue siendo un
patrón. Ya sea un empleo, una relación amorosa, o nuestro estilo de
vida, podemos descubrir que seguimos un patrón en donde no estamos
verdaderamente felices, pero no se lo comunicamos con honestidad a
las personas en nuestras vidas. Entonces, aunque el mundo cree que
nuestras vidas siguen por el camino normal, por dentro, estamos
pidiendo a gritos un cambio y nos sentimos frustrados porque no
sabemos cómo compartir esta necesidad con las personas cercanas a
nosotros.
Este
es un patrón que acumula negativismo. Nuestros verdaderos
sentimientos se disfrazan de tensión, hostilidad o a veces
simplemente estamos ausentes en la relación. Cada día que pasa,
somos como autómatas en nuestros empleos o compartiendo la vida y el
hogar con otra persona, mientras que nos distanciamos emocionalmente
y estamos en otro mundo. Ya sea que tengamos problemas con un jefe,
una pareja o incluso nosotros mismos, buscamos excusas, transigimos y
esperamos. Entonces un día, así como así —¡pum!— ocurre.
Aparentemente
de la nada, aparecen de repente en nuestras vidas todas esas cosas
por las que esperábamos y que tango anhelábamos. Cuando lo hacen,
nos lanzamos de lleno hacia ellas como si no existiera un mañana.
En
el caso de Gerald, cuando se mudó a una nueva ciudad con su nueva
relación, dejó tras él un vacío sin resolver en el cual su mundo
colapso. Ahora, después de perder todo lo que amaba, Gerald se sentó
frente a mí con gruesas lágrimas rodando por sus mejillas. "¿Cómo
puedo recuperar mi empleo y mi familia? ¡Sólo dígame que tengo que
hacer!"
Le
pasé una caja de pañuelos faciales que mantenía cerca de mi mesa
para momentos así. Le dije algo que lo tomó completamente por
sorpresa: "Este momento de su vida no es para recuperar todo lo
perdido, aunque eso es lo que acaba de ocurrir. Lo que usted ha
creado para sí mismo trasciende su empleo y su familia. Acaba de
despertar una fuerza en su interior que puede convertirse en su más
poderosa aliada. Cuando uno ha pasado por una experiencia así,
obtiene una nueva confianza que es inquebrantable. Acaba de entrar en
una época que los antiguos reconocían y llamaban: la Noche Oscura
del Alma."
Gerald
se secó sus lágrimas, se recostó en su silla y preguntó: "¿Qué
quiere decir con la 'Noche Oscura del Alma'?" " ¿Cómo
puede ser que jamás haya oído hablar de eso?"
"Una
Noche Oscura del Alma es una época de su vida en que atrae una
situación que representa lo que para usted son sus peores miedos,"
respondí. "Una época así por lo general llega cuando uno
menos lo espera, y por lo general sin advertirnos de su llegada. La
cuestión es," proseguí, "que uno solamente puede ser
atraído hacia esta dinámica ¡cuando su maestría de la vida envía
la señal de que está listo! Entonces, justo cuando todo en la vida
parece perfecto, el equilibrio que usted ha adquirido es la señal de
que está listo para el cambio. El señuelo para crear el cambio será
algo que usted ha anhelado toda su vida, algo a lo que sencillamente
no puede resistirse. De lo contario, ¡uno jamás daría el salto!"
"¿Quiere
decir un señuelo como una nueva relación?" Gerald preguntó.
"Precisamente
como una nueva relación," respondí.
"Una
relación es el tipo de catalizador que promete que avancemos en la
vida." Pasé a explicar cómo aunque sepamos que somos
perfectamente capaces de sobrevivir sin importar lo que la vida nos
lance a la cara, no es nuestra naturaleza levantarnos una mañana y
decir: "A ver... creo que hoy voy a renunciar a todo lo que amo
y a entrar en mi Noche Oscura del Alma." ¡Parece que no es así
que funcionamos! Como es a menudo el caso, las grandes pruebas de
nuestra Noche Oscura parecen llegar en el momento en que menos las
esperamos.
Tiene
perfecto sentido la posibilidad de que la vida nos brinde exactamente
lo que necesitamos en el momento justo en que lo necesitamos. Así
como no podemos llenar un vaso de agua hasta no abrir la llave,
llenar la caja de herramientas emocionales es lo que desencadena la
señal del grifo de la vida para atraer el cambio. Hasta que no
activamos el flujo, nada ocurre. La otra cara de esta dinámica es
que cuando nos encontramos ya en una Noche Oscura del Alma, puede ser
tranquilizador saber que la única manera de habernos llevado a ese
punto de la vida es porque nosotros fuimos quienes encendimos el
interruptor. Lo sepamos o no, siempre estamos listos para lo que la
vida nos puede servir.
NUESTROS
PEORES MIEDOS
El
propósito de la Noche Oscura del Alma es que experimentemos y
sanemos nuestros peores miedos. Lo realmente interesante de la Noche
Oscura es que como los miedos de todo el mundo son distintos, lo que
puede parecer como una experiencia terrible para una persona, puede
no ser nada del otro mundo para otra. Por ejemplo, Gerald admitió
que su peor miedo era quedarse solo. Esa misma tarde había
conversado con otra mujer que me había dicho que "estar sola"
era su mayor alegría.
No
es poco común que alguien que le tema a la soledad se convierta en
un maestro en el tipo de relaciones en que experimenta su miedo.
Gerald, por ejemplo, describió relaciones amorosas, amistades y
empleos de su pasado que ¡no hubieran durado por nada del mundo! No
obstante, él creía que cuando se terminaban era porque la relación
había "fracasado." En realidad, tuvieron tanto éxito que
cada una de ellas le permitió ver pasar su peor miedo de quedarse
solo. Sin embargo, como nunca se había sanado, ni siquiera había
reconocido el patrón, se encontraba en situaciones en donde su miedo
se volvía cada vez menos sutil. Finalmente, la vida lo llevó al
punto en donde esta emoción estaba tan presente que tuvo que
enfrentarla antes de seguir adelante.
Aunque
podemos pasar muchas Noches Oscuras del Alma a lo largo de nuestras
vidas, por lo general la primera es la más dura. También es con
frecuencia la que origina el cambio más poderoso. Una vez que
comprendemos por qué nos duele tanto, la experiencia comienza a
adquirir un significado diferente. Cuando reconocemos las señales de
una Noche Oscura, podemos decir: "¡Aja! ¡Conozco este patrón!
Seguro que se trata de una Noche Oscura del Alma. Entonces, ¿qué es
lo que se me ha pedido que aprenda o domine?"
Conozco
personas que se sienten tan empoderadas una vez que logran sanar las
experiencias de su Noche Oscura, que casi se atreven a retar al
universo, ¡para que le envíe la siguiente! Lo hacen sencillamente
porque saben que si sobrevivieron a la primera, pueden sobrevivir
cualquier cosa. Es sólo cuando tenemos dichas experiencias sin
comprender lo que son o por qué las estamos viviendo, que podemos
enfrascarnos en años, o hasta en vidas, de un patrón que puede
robarnos literalmente las cosas que más amamos... incluyendo la vida
misma.
Extracto
de La Matriz Divina.
Gregg Braden.
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