No son unos ausentes.
San Agustín.
“La herencia arcaica del hombre no comporta sólo predisposiciones sino también
contenidos ideativos de las huellas amnésicas que dejaron las experiencias hechas por las
generaciones anteriores” (Freud, Moisés y el monoteísmo, 1939, p. 134, Gallimard,
Poche, Colección Ideas, 1948).
“Postulamos la existencia de un alma colectiva (…) [y, que] un sentimiento se
transmitiría de generación en generación vinculándose a una falta ( de la cual) los
hombres ya no tienen consciencia ni el menor recuerdo” (Totem et Tabou, Petite
Bibliothèque Payot, 480).
Sin saberlo llevamos cargas de nuestros antepasados, conflictos sin resolver, sentimientos no expresados, duelos no asumidos, personas no reconocidas (excluidas). Somos leales a ellos, "si tú mamá no has sido feliz", yo no seré feliz, no me puedo permitir ser más feliz que tú" no puedo tener más medios económicos que tú", si tú mamá o ...?..estás enferma/o yo lo llevaré por tí..., si tú no quieres vivir....yo moriré por tí...yo lo hago en tu lugar, y así sucesivamente llevamos cargas por ellos. Esas cargas y lealtades son invisibles y condicionan nuestra vida.
Podemos soltar esas cargas siendo conscientes, dejando a cada uno su destino, incluyendo lo excluido, y reconociendo aquello que estaba oculto.
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